sábado, 13 de diciembre de 2008

ECONOMIA


No he parado de trabajar en años.

Mi trabajo incansable y estresante, me provocó una condición de salud que me negó el acceso a seguros de gastos médicos. No tengo que decir que mi trabajo no me da seguro, porque todos saben que ahora se lucra hasta con la salud y la muerte. Casi nadie tiene.

Mi condición de salud me impidió trabajar durante cerca de cinco meses y me obligó a dos cirugías que eran absolutamente necesarias. ¿Cómo pagué las cirugías? ¡Con mis tarjetas!

Después de un año, sigo pagando la reestructuración de mi deuda reestructurada. No puedo acabar. He buscado los más accesibles intereses, que no dejan de ser criminales, y claro, como sigo pagando cosas con las tarjetas porque todo mi dinero se me va en pagar las tarjetas, así que tengo que comer y tarjeteo, pues no acaba nunca. Me tienen agarrada por todos lados.

Estoy cansada de trabajar para los bancos. Cuando he tenido dinero y he podido ahorrar, que ha sido casi nunca, ellos me dan un interés tan irrisorio por mi dinero que me dan ganas de aventárselos a la cara.

Preocupada por mi futuro, hablé con un asesor de seguros para el retiro que también puede eventualmente, una vez que me den de alta de mi condición de salud, conseguirme un seguro de gastos médicos que no tenga un deducible muy alto. Seguro podré pagarlo con mis tarjetas.

¿Los he conmovido? ¿Les han dado ganas de llorar?

Pues yo me río. Parecemos unos tontos comprando con esas tarjetas que nos regalan como caramelos (corrijo, porque ya nadie regala caramelos), que nos regalan como folletos de departamentos con acabados de lujo. Parecemos tontos, pensando si escoger la tarjeta que nos dá millas de aerolíneas, que siempre están llenas de restricciones, o la que nos "regala" noches de hospedaje es hoteles que de todos modos no podemos pagar, o la que nos dá más puntos que se pueden utlizar en los lugares que no frecuentamos, etc. Eso sin contar con que las Tarjetas son un gancho excelente para ofrecernos un montón de productos más que, por cierto, no es que no necesitemos, sino que cuando los utilicemos descubriremos que hay que pagar mucho para utilizarlos.

La avaricia de los banqueros no tiene límite. Son unos criminales. Y nos han hecho creer que dependemos de ellos para todo. Su millonaria alianza con el gobierno ha provocado que tengamos que pagar muchísimo por los derechos básicos de los ciudadanos; como el derecho a la vivienda, a la educación, a la salud, al daporte, a la recreación, a la cultura, a una vejez digna, etc.
Así los bancos, nos ofrecen un sinnúmero de promociones y facilidades para pagar cosas que debiéramos tener como prestaciones por nuestro trabajo y nuestros impuestos: Créditos para la vivienda, el auto, la membresía del gimnasio, las vacaciones o la televisión; seguros contra el desempleo, seguros de retiro, de gastos médicos mayores, de auto, de prevención de infartos; créditos para la educación superior de los hijos, seguros contra robo, facilidades para la compra de todo; promociones de compre ahora y pague después, de transferencia de saldos de otros bancos, de meses sin intereses, de reestructuración de deudas. TODO esto, para mantenernos bien abrochados.
Nosotros no sólo lo permitimos, sino que celebramos tener tantas "facilidades" para convertirnos en esclavos de los bancos.
Para todo esto utilizan rostros hermososo y siempre sonrientes y chicas guapas... somos tan elementales, neta.
Y el gobierno, ni se diga. No se dá cuenta del pésimo negocio que está haciendo. Cuando los Bancos nos lleven a todos a la quiebra, incluyendo el país; los banqueros huirán al otro lado del mundo amparándose en artilugios legales y le dejarán al gobierno un paquetote. Gente pobre, enferma, sin educación, sin cultura, sin patrimonio, sin pensiones... Listos los muchachos del gobierno ¿No?

¿Y si nos ponemos de acuerdo todos un día y no pagamos nada?

Está cabrón. Ni siquiera podemos ponernos de acuerdo para exigir unas elecciones transparentes.

Bueno, al menos piensen eso en estas vacaciones. Y no copen sus tarjetas con regalos de Navidad.

ECOLOGIA


Ayer volví a tener esa cansada e interminable discusión sobre el Foie Gras que tanto me gusta (El foie gras, no la discusión). Discutí con una amiga que siente horror por el maltrato a los animales. Le parece aberrante. También dice que es ecologista.

Yo no enarbolo ninguna bandera, porque no hay manera de ser del todo congruente, esa es la verdad. Les contaré las cosas que veo cada día:
Una prima es jodidamente ecologista (aunque fuma) está en la moda green y molesta todo el tiempo. Fuí a su casa, usa detergente Ariel, tinte para el cabello y cuando cocina, tira el aceite en la coladera (...)
Mi amigo Rubén se compró unos lentes carísimos de cuerno de búfalo que están en la moda green. La publicidad dice que los fabrican con un procedimiento que no lastima al animal.
Carolina se va a todas las manifestaciones de los protectores de animales, pero come carne (eso es por comida, dice) y usa unos hermosísimos zapatos de piel y bolsas de piel, también.
Alfred también es ecologista y vive atormentado por el sobrecalentamiento global. Se compró un carísimo auto eléctrico para el que usaron toneladas de contaminantes en la fabricación y el transporte hasta acá (No tiene bici).
Mi tío llora por la situación de la hambruna y la sequía en Africa, pero tiene Jacuzzi en su casa y lo utiliza... también tiene alberca. No la usa pero siempre está llena.
Vanessa remilga todo el tiempo por la crueldad con los delfines, pero le encanta el atún fresco y siempre lo pide cuando vamos a comer.
Jorge va a las jornadas de reforestación cada que puede,no sabe que los árboles jóvenes consumen cantidades brutales de oxígeno... y eso sí, toda su casa está recubierta de madera y sus muebles son de maderas finas en peligro de extinción.
Ignacio se fue en su camionetota, impecablemente vestido de Hugo Boss blanco a la marcha contra la inseguridad, pero cada vez que lo para un oficial hace gala de prepotencia y les dá sus trescientos varos (vieran cómo despotrica en las comidas contra la corrupción.
Mi hermana se manifiesta fuera de la Plaza de Toros en contra de la Fiesta Brava, pero también tiene unas hermosas chamarras de piel de vaca.
Tania se horroriza de los descabezados y la guerra del narco, pero consume marihuana y cocaína.
La amiga que me regaña por comer Foie Gras es vegetariana porque le parece terrible matar animales para comer, pero su chamarra tenía cuello de piel de conejo.
Juan le da de comer a los perros callejeros porque le conmueven muchísimo. Me manda mails todo el tiempo para apoyar a los albergues, pero trata con desprecio a los niños de la calle y es terriblemente clasista. A la mujer del aseo en su casa le habla peor que a los perros.
Marcos es globalifóbico, pero tiene un I Phone.
Mi abuela siempre dice "pobrecitos los negritos, tan discriminados".
Y Carlos Slim, que nos ha sangrado durante décadas con las telecomunicaciones se atrevió a reprender a los Bancos y repudiar sus criminales intereses crediticios (es verdad, pero ¡cómo se atreve!).

La lista no tiene final: Modas green, ecologistas, vegetarianos, globalifóbicos, los anti transgénicos, feministas. Todas esas banderas son utilizadas por la mercadotecnia, sólo para hacernos comprar cada vez más caro. Los productos orgánicos, carísimos. Los productos light, carísimos. Los autos eléctricos, carísimos. Los ecoviajes, carísimos. Los ecohoteles, carísimos. Los champús, bolsas, detergentes biodegradables, carísimos.

Mientras, seguimos haciendo mierda el Planeta y a las personas. Algunos defienden demasiado a los animales... ¿Cuándo vamos a defender un poco más a las personas? Y no defenderlas en una actitud mesiánica, sino más bien solidarizarnos entre todos.

Por eso yo no enarbolo ninguna bandera... y trato de vivir con la conciencia que mi entorno real me permite. Y la neta, a mi conciencia le importan mucho más la malaria, la hambruna en Africa, las matanzas y violaciones en el Congo, la guerra del narcotráfico y la falta de educación en México que un pobre ganso cebado que tiene un cerebro de ganso y un hígado delicioso. Perdonen, pero ¿Todos los que firman los manifiestos son vegetarianos? ¿O al menos Kosher?