sábado, 25 de abril de 2009
SALUD PÚBLICA... (¿o educación?)... (¿o política?)
Foto: Roberto García Ortíz, para La Jornada. 25 de Abril de 2009.
LA VERDADERA EPIDEMIA
Ayer me preguntó una amiga francesa mi opinión sobre la posible epidemia de influenza decretada en esta caótica ciudad.
Pues más o menos esto estuve hablando con ella:
1. No considero que 20 muertos por influenza en una ciudad contaminada con más de 20 millones de habitantes, que ha sufrido en el último mes temperaturas superiores a los 30 grados centígrados, se deba considerar una epidemia.
2. No sé quienes hayan (lamentablemente) fallecido por influenza, pero probablemente eran personas de recursos limitados, con desnutrición, deshidratados por los calores, personas que comen en la calle, sin seguro médico, a quienes les dió una gripe y no tuvieron para el médico o no quisieron pagar medicinas y pensaron que era "un catarrito" (ya sabemos lo que los catarritos significan en este país) y cuando decidieron atenderse, era demasiado tarde. (Me atrevo a suponerlo, porque no es muy difícil. El 80% de la población vive en estas condiciones.)
3. Me hace pensar en Wag the Dog. Una inteligente película de Barry Levinson que narra las construcciones mediáticas de un gobierno para distraer a la población. ¿Se acuerdan de los náufragos sobrevivientes en medio de la discusión sobre el fraude electoral y El movimiento de la resistencia pacífica? Bueno, pues ahora, E.U. se prepara para mandar tropas a su frontera sur, las narcomatanzas continúan y sobre todo: Nadie sabe qué está haciendo el gobierno con nuestra nueva deuda millonaria. ¿estarán invirtiendo infraestructura de salud, de educación, de cultura, de nutrición? ¿En el campo? Pues no creo.
4. Me queda clarísimo que la población de México no confía para nada en su gobierno ¿Cómo confiar si manejan todo taaaaan mal?
Bueno, bueno. Basta.
Dejando de lado las elucubraciones y "teorías conspiratorias" (un primo me reprochó en el Facebook), me limitaré a hablar del problema de salud (como si pudiera separarse).
Como ya había manifestado en una entrada anterior de este blog, considero que nuestro "gobierno" está haciendo el peor negocio de su vida vulnerando tanto a la población con la falta de infraestructura y planeación en educación, salud, empleo, etc. Millones de personas obesas e hipertensas pero desnutridas; sin defensas, sin seguros médicos, sin pensiones, sin empleos o con empleos eventuales, sin prestaciones, etc. etc. Son el futuro del país.
La epidemia no es de influenza. La epidemia es de pobreza, que provoca que millones de personas en este país y en el mundo fallezcan por enfermedades curables: Inluenza, diarrea, cólera, paludismo, dengue, tifoidea, parasitosis, etc.
La epidemia es de mexicanos desinformados y maleducados que cuando debiéramos estar exigiendo una vida digna o al menos atención, medicamentos, alimentación sana o, mínimo información seria y veraz, nos ponemos un tapabocas de 3 pesos y cerramos la boca (no nos vaya a entrar una mala influencia que nos haga pensar)
La epidemia es de un mal virus que muta cada día y que paraliza nuestras funciones nerviosas y cerebrales. Ya no sé cómo llamarle. Se me ocurre sobrecalentamiento global de cerebros por ondas celulares, televisivas, multimedias, informáticas.
Nos estamos suicidando ¿Porqué entonces no permitimos la eutanasia?
La epidemia debería ser de rabia, de inconformismo, de trabajo conjunto, de información. Porque eso es lo que todos necesitamos. Porque somos muchos los enfermos; casi todos. Porque podríamos convertirnos en el virus y entonces sí que los gobiernos tendrían miedo y dejarían de endeudar a nuestros tataranietos para rescatar corporativos que nos enferman, nos mal nutren, nos roban, nos engañan.
Si el virus del inconformismo y la rabia infiltrara este país, el gobierno se pondría su tapabocas y al no hablar pendejadas escucharía. Y sus vacunas tampoco le servirían para nada.
Eso no sucede. Todos cerramos la boca con nuestros 2 y medio pesitos y prendemos la tele para ver cómo va la epidemia de 70 personas muertas en este país de pobres en esta temporada de inéditas temperaturas.
Mueren más en Juárez, en la narcoguerra, en las comunidades indígenas de Chiapas, en la sierra de Oaxaca, en la África pobre. Mueren más por accidentes de trabajo no cubiertos por el seguro, por accidentes automovilísticos, por complicaciones de la diabetes, la hipertensión, la obesidad. Mueren más por tabaquismo, por alcoholismo, por sobredosis, por infeciones adquiridas en los hospitales.
¿Somos o nos hacemos?
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