sábado, 30 de agosto de 2008

JUSTICIA



La gente salió a la calle con su vela y sus albos ropajes a iluminar el corazón de México...
La gente está enojada.
Yo también.
También soy gente y también estoy enojada.
Pero mi enojo es de otra naturaleza.

Estoy enojada porque este país es una verguenza.
Porque es una verguenza que vayamos a marchar para que el crimen del niño Martí no quede impune (por supuesto que no puede quedar impune, el crimen mismo es una verguenza) y ya ni nos inmutemos por las muertas de Juarez ni por los indígenas de Chiapas por poner sólo 2 ejemplos.
Porque es una verguenza que salgamos a la calle clamando seguridad para poder pasearnos tranquilos en nuestro BMW o nuestro Audi cerrándole las ventanas al niño de los chicles o al limpiaparabrisas.
Porque es una verguenza que mi amigo I. Un yuppie de ultraderecha que gana 100,000 mensuales, que traiciona a su mujer, que nunca mira a los meseros, que es prepotente con los de la gasolinera, que no se junta con nacos, que extorsiona a los policías, que se pasa los altos con su camionetota y luego le dá 200 varos a los policías, que miente (Qué amigos tengo ¿No?) haya salido a marchar con su chamarra blanca de Boss para gritarle al gobierno perredista que es un corrupto.
No hablo al favor del gobierno perredista, pero es una verguenza que no queramos ver que esto es un problema federal.
Es una verguenza que creamos o queramos seguir creyendo porque así conviene a nuestra católica conciencia, que el problema es la inseguridad y la delincuencia, que gritemos desaforados pidiendo pena de muerte a los delincuentes, malditos desgraciados hijos de puta.
Por eso, sin un sólo gesto de ironía les voy a escribir hoy, mis queridos.

NO ES UN PROBLEMA DE INSEGURIDAD O DELINCUENCIA.
Esa es solamente la consecuencia de los terribles problemas que nosotros, que no somos, pero cómo nos hacemos, permitimos y fomentamos en nuestro delicioso país.

Nuestro país es una verguenza de falta de educación, de abandono cultural, de mala repartición de la riqueza, de miseria, de corrupción (Te incluyo a tí, que has dado mordida), de falta de empleo, de subempleo, de empleados eventuales sin prestaciones, de tráfico de influencias, de hambre, de deficiencias de salud, de mala priorización, de racismo, de clasismo, de desprecio por el campo y por el medio ambiente, de moralismo estúpido, de desinformación, de apatía, de discriminación, de dobles discursos, de sueldos vergonzosos para los cuerpos de seguridad y para todos, de incertidumbre para la vejez... en fin, de deseos de triunfar y de aspiracionalidad publicitarios.
Nuestro país es un ejemplo de injusticia.
Como consecuencia de estas verguenzas y enfermedades degenerativas de nuestra sociedad de hiperconsumo mediático, tenemos un altísimo nivel de inseguridad y delincuencia.
Pero ¿Saben algo? No es marchando con nuestros vestidos blancos como algo va a cambiar. Porque vamos marchando sin ninguna propuesta y con los ojos cerrados.
Porque los marchistas del sábado pasado dijimos que todo era culpa de Ebrard y que Calderón hace lo que puede pasito a pasito.
Porque no miramos a los niños ávidos de estudios, de comida, de cultura que vendían chicles durante la marcha.
Porque en el metrobús que tomé ese día que iba repleto de burgueses vestidos de blanco, los burgueses les pedíamos a los usuarios cotidianos del metrobús que se hicieran "Tantito para allá" y hacíamos gestos porque el albañil de atrás olía gacho.
Porque lo que queremos es estar seguros en nuestros autos y dentro de nuestras casas.
Porque no sabemos porqué matan mujeres en Ciudad Juárez, ni nos importa.
Porque hemos permitido que los encuerados se vuelvan parte del "Folclor" del defe y no conocemos sus demandas... ni nos interesa.
Porque de las marchas de hoy 1ero. de septiembre dijimos que son un estorbo.
Porque seguimos diciendo que el indígena es un naco y les damos 2 varos al niño de la calle porque pobrecitos los pobrecitos.
Porque mi vecino fué a marchar pero es un consumidor de cocaína.
Porque permitimos que la realidad de este país sea ajena a nosotros.
Que no tenga nada que ver.
Porque no leemos.
Porque del periódico sólo leemos la sección de sociales.
Porque yo voy al cine y lo demás no tiene nada que ver conmigo... hasta que secuestran y matan al niño Martí.

Porque los que dirigen este país son ciegos, sordos y tontos y van al sepelio del niño Martí pero no van a Chalco donde secuestran a los niños anónimos y donde violan a las niñas.
Porque nosotros nos hacemos los ciegos y sordos y tontos porque nuestra prioridad son nuestras vacaciones. Y no sabemos dónde queda Chimalhuacán. Y tenemos jacuzzi en casa y desperdiciamos el agua y tiramos la comida y compramos maíz gringo.
Porque lo permitimos.
porque es cómodo.
Porque la pobreza nos averguenza y queremos hacer como que no es nuestra.
¿Saben algo?
ES NUESTRA

Somos o nos hacemos porque pensamos que los delincuentes son todos unos hijos de puta y no se parecen en nada a nosotros.
¿Saben algo?
Nosotros también delinquimos.
Cuando somos o nos hacemos Ciegos, sordos y tontos.
Estamos matando de hambre a alguien, estamos robándole el empleo a alguien, estamos enfermando a alguien.

Acuérdense que nosotros somos gente.
Que si permitimos esta injusticia... un día nos va a tocar a nosotros.
Porque NO.
No nos estamos haciendo más ricos, ni estamos teniendo más empleos, ni nos estamos educando.
Porque este país va en picada y cada vez la línea de la pobreza extrema se acerca más a nosotros y nos tocará con su vara.
Porque nos tocará.
Porque no sólo lo estamos permitiendo. Lo estamos haciendo.


Me siento desconsolada.

lunes, 11 de agosto de 2008

EDUCACIÓN


¡Traiga usted a sus niños a educarse!
Pague una fortuna por entrar a este parque de diversiones patrocinado por los grandes corporativos en el que sus pequeñines podrán aprender claramente las estructuras sociales del hiperconsumismo!
Podrán ganar dinero y después gastarlo en el super, irán al banco y aprenderán que el doctor va hasta adelante, con pose prepotente y el obrero, pues atrás, que casi no se ve.
Edúquelos a divertirse en el mall, con el shopping y la discriminación.
Recuerde que el mejor legado para sus pequeños es la educación, por eso, no pierda el tiempo en museos, en teatro, en espectáculos que valgan la pena. Si quiere usted que sobrevivan, enséñeles a ganar y gastar dinero.
Mientras, se los cuidamos y vaya usted a comprarse su bolsa Gucci.

Provecho!